Desde circos, zoológicos, peleas de gallos, peleas de
perros, coleo, corridas de toro, pollitos pintados, pesca, paseos a caballo,
entre otros. Son lugares, eventos y hasta, vergonzosamente, tradiciones en las
que son usados animales en contra de su naturaleza y voluntad.
La gente apoya este tipo de actos porque los considera
divertidos, entretenidos, o algo que “así debe ser” por considerarse parte de
nuestra cultura. Pero nada puede justificar el obligar a un individuo a estar
encerrado y a usarlo a nuestra conveniencia.
Tal vez para el que asiste o ha asistido y contribuye con
estos eventos o practicas es muy divertido pero para el animal no lo es. Pues,
este es obligado a estar en un lugar que no quiere, ni es su habitat por naturaleza, es torturado, encarcelado.
Solo sufre y muere. ¿Y quién quiere una vida de agonía y sufrimiento? NADIE.
Es insano y macabro esa manera de divertirse a costillas del
dolor y sufrimiento de otros, debemos analizar como nuestros actos afectan a otros en un punto tan grave como el que sufre por ejemplo un toro en una corrida.
Mariángela Vizcaya.
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